Viajar es algo cada vez más habitual entre la gente de más edad. Supone además importante un porcentaje del turismo mundial.
La experiencia, la paciencia y la mente abierta son cualidades patentes en personas de más edad. Y pueden hacer que un viaje se disfrute mucho más.
En realidad muchas veces son las convenciones sociales las que determinan que las cosas con la edad sean más difíciles física y emocionalmente.
Ser mayor no sólo es un inconveniente. En muchas culturas se respeta y se apoya más a la gente mayor. El acoso a las mujeres en determinadas culturas deja de ser una preocupación con la edad.
Además existen atractivos descuentos y ofertas en museos, actividades culturales, transportes e incluso alojamientos. La mayoría de las veces basta con acreditar la edad para beneficiarte de los descuentos.
Las personas de edad suelen ser vistas como más vulnerables por los delincuentes (Se suele presuponer que llevan más objetos de valor y dinero así como una menor capacidad se reacción). En zonas turísticas es necesario estar más alerta.
Hay que evitar ponerse en riesgo y ser más prudente en términos generales. Llevar un teléfono móvil liberado y tenerlo siempre a mano es una buena medida de seguridad por si sucede algo inesperado.
Respecto a la salud. La prevención, la planificación y el sentido común son las bases del viaje. Precisan precauciones especiales, como son la protección contra el sol y el calor en los países tropicales por el riesgo de insolaciones y deshidrataciones.