Fiebre Lassa

La fiebre de Lassa es una enfermedad hemorrágica aguda causada por el virus de Lassa, perteneciente a la familia de los arenavirus. Se describió por primera vez en la década de los cincuenta, aunque el virus de Lassa no se aisló hasta 1969. El nombre se debe a su primera aparición en Lassa.

Patogenia

El virus infectará casi todos los tejidos del cuerpo humano. Se inicia con la mucosa, intestino, los pulmones y el aparato urinario, y luego avanza hasta el torrente circulatorio.

Epidemiología

Se transmite a los humanos a través del contacto con alimentos o enseres domésticos contaminados por la excreta de roedores del género Mastomys (orina y excrementos). La enfermedad es endémica en los roedores de algunas zonas de África Occidental. También puede transmitirse de persona a persona y en laboratorios, especialmente en hospitales donde no se toman medidas adecuadas de control de la infección. No se transmite fácilmente entre personas y en estos casos solo por contacto con fluidos corporales infectados. Es endémica en Nigeria, Sierra Leona, Liberia, Guinea y la República Centroafricana con cientos de miles de afectados cada año en estos países. Sólo se declaran casos aislados (importados) en Europa y EEUU cada año, en total menos de 30 casos desde 1969.

Distribución de brotes y de la seroprevalencia de la Fiebre de Lassa

Clínica

Aproximadamente un 80% de los infectados cursa con síntomas leves o de forma asintomática. Un 20% desarrolla enfermedad severa siendo los síntomas principales la fiebre, cefalea, odinofagia, tos, nauseas, vómitos, diarrea y mialgias. La sordera es una complicación frecuente (hasta un 20%). Sólo un 2% fallece.

Los viajeros en las zonas endémicas que debuten con síntomas (fiebre, cefalea, odinofagia, mialgias, dolor torácico, diarrea, dolor abdominal), deberán solicitar valoración médica inmediata.

Diagnóstico

 El diagnóstico rápido y su tratamiento inmediato son fundamentales. A pesar de que la malaria, la fiebre tifoidea, la fiebre amarilla y muchas otras enfermedades tropicales son mucho más frecuentes, el diagnóstico de fiebre de Lassa debería ser tenido en cuenta en pacientes febriles que hayan vuelto de África Occidental, especialmente si han estado en contacto con zonas rurales u hospitales en países en los que la enfermedad es endémica.

la pruebas de laboratorio que se realizan para diagnosticar la enfermedad y evaluar su evolución y complicaciones: Prueba de ELISA para IgM tiene una sensibilidad del 88% y especificidad del 90%. Otros hallazgos de laboratorio incluyen linfopenia (recuento bajo de glóbulos blancos), trombocitopenia (plaquetas bajas), y elevación de la aspartato aminotransferasa (AST).

Evolución y tratamiento

Todas las personas sospechosas de infección por fiebre de Lassa deben ser ingresados ??en centros de aislamiento y sus fluidos corporales y excretas adecuadamente eliminados. La ribavirina es el único fármaco conocido con efectividad frente a esta infección.

Prevención y control

En ocasiones raras, los viajeros procedentes de zonas donde la fiebre de Lassa es endémica exportan la enfermedad a otros países. El personal sanitario que atienda a un caso sospechoso de padecer fiebre de Lassa deberá ponerse en contacto de inmediato con los expertos locales y nacionales para recibir asesoramiento y solicitar pruebas de laboratorio.

Enlaces y bibliografía relacionada: