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Esquistosomiasis
Esquistosomiasis
La esquistosomiasis es una enfermedad parasitaria aguda y crónica causada por duelas sanguíneas (trematodos) del género Schistosoma.
Epidemiología
Al menos 249 millones de personas necesitaron tratamiento en 2013. Sin embargo, el número real de personas tratadas en 2012 fue de solo 42,1 millones.
La esquistosomiasis es prevalente en zonas tropicales y subtropicales. Es especialmente prevalente en comunidades pobres en las que las fuentes de agua y los sistemas de saneamiento son inapropiados. Se estima que al menos el 90% de las personas que necesitan tratamiento contra la esquistosomiasis viven en África.
La creciente migración hacia los centros urbanos y los desplazamientos de poblaciones están introduciendo las esquistosomiasis en nuevas zonas. El aumento de la población y de las consiguientes necesidades de energía y agua dan lugar a planes de ordenación y modificaciones de medio ambiente tales como la construcción de presas, lo que facilita la transmisión.
Distribución mundial de la esquistosomiasis
Mecanismo de transmisión
La infección se contrae mediante el contacto con agua dulce infestada. Las personas pueden contraer la infección durante actividades agrícolas, domésticas, laborales o recreativas ordinarias que las exponen al contacto con aguas infestadas.
Los caracoles liberan larvas del parásito causante de la esquistosomiasis. Las personas resultan infectadas cuando las larvas del parásito, liberadas por caracoles de agua dulce, penetran en la piel en contacto con agua infestada.
Clínica (Sintomatología)
Los efectos económicos y sanitarios de la esquistosomiasis son considerables. En los niños, la esquistosomiasis provoca anemia y retrasos de crecimiento, y reduce la capacidad de aprendizaje, si bien, generalmente, sus efectos se pueden revertir con tratamiento. La esquistosomiasis crónica puede menoscabar la capacidad de trabajo de las personas y, en algunos casos, provocar la muerte.
Diagnóstico
Las muestras de orina y heces permiten detectar la esquistosomiasis. La esquistosomiasis urogenital se puede detectar por la presencia de sangre en la orina (hematuria). La esquistosomiasis intestinal puede provocar dolor abdominal, diarrea y sangre en las deposiciones cuyo análisis permite realizar el diagnóstico.
Tratamiento
El prazicuantel se puede utilizar para tratar la esquistosomiasis. El tratamiento, que se debería repetir durante algunos años, permite reducir y prevenir la morbilidad.
La estrategia de la OMS para controlar la esquistosomiasis se centra en la reducción del número de casos mediante el tratamiento periódico y focalizado con prazicuantel. Esto implica el tratamiento periódico de todas las personas en riesgo.
Prevención y control
El control de la esquistosomiasis se basa en el tratamiento a gran escala de las poblaciones en riesgo con prazicuantel. La OMS recomienda el tratamiento con prazicuantel contra todas las formas de esquistosomiasis. El medicamento es eficaz, seguro y gratuito.
La OMS ha desarrollado métodos y recomendaciones de tratamiento para llegar a las comunidades y simplificar el tratamiento de prevención a gran escala con prazicuantel.
La OMS aboga por un mayor acceso al prazicuantel y a recursos para su administración, a fin de suministrar recursos y medicamentos para luchar contra la esquistosomiasis. Otros métodos de lucha contra la esquistosomiasis incluyen el acceso más amplio al agua apta para el consumo, mejores sistemas de saneamiento, educación en materia de higiene y control de los caracoles.
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