Patógeno: Bacteria. Yersinia pestis.
Distribución: Sudeste asiático, Madagascar, Bolivia y Estados Unidos Mecanismo de transmisión: picadura de pulgas infectadas. Manipulación de animales contaminados. Período de incubación: 5 días. Clínica: Bubónica, septicémica y neumónica. Diagnóstico: Sintomatología y aislamiento de la bacteria. Tratamiento: Antibióticos Prevención: Prevención de la picadura. Quimioprofilaxis a los contactos |
Enfermedad infecciosa aguda causada por el bacilo gramnegativo Yersinia pestis. Además del hombre, esta enfermedad afecta a una gran variedad de mamíferos, fundamentalmente roedores y sus ectoparásitos (pulgas). La infección, conocida desde tiempos remotos, debido a los innumerables brotes epidémicos que ocasionaron una gran mortandad y conmoción entre la población, no fue determinada con exactitud hasta 1894, cuando fue aislado el agente causante de la misma, por el médico suizo Alexandre Yersin.
Patogenia:
Los primeros síntomas suelen aparecer a los cinco días de la picadura de la pulga de la rata. La bacteria se multiplica rápidamente, dirigiéndose hacia los ganglios a través de los vasos linfáticos. Los ganglios aumentan de tamaño originándose unas lesiones características denominadas bubones. Hay hemorragias difusas o lesiones petequiales diseminadas, producidas por una coagulación intravascular diseminada y una necrosis vascular originada por una respuesta inflamatoria sistémica. Los monocitos facilitan la diseminación hematógena del microorganismo.
Epidemiología:
La OMS notifica entre 1000 y 3000 casos de peste cada año en todo el mundo. La peste es una zoonosis, teniendo como reservorio roedores salvajes, carnívoros y perros domésticos. La transmisión natural de Y. pestis se produce por la picadura de pulgas infectadas. Los depredadores de estos roedores como perros, gatos, lobos y coyotes, se infectan por ingestión de sus víctimas o por picadura de sus pulgas.
El hombre, en casi el 90% de los casos, se infecta por la picadura de la pulga de los roedores (Xenopsylla cheopis) o por la manipulación de tejidos de animales salvajes contaminados. Hoy día esta enfermedad infecciosa se distribuye de forma endémica, principalmente, en países del sudeste asiático como India, China, Mongolia, Vietnam o Birmania. También se han detectado casos en Madagascar, Bolivia y Estados Unidos. La peste es una enfermedad que requiere cuarentena internacional, junto con el cólera y la fiebre amarilla.

Clínica:
Fundamentalmente, existen tres formas clínicas de la infección:
a) Peste bubónica: con inflamación de los ganglios linfáticos. Es la forma clínica más común. Sus manifestaciones clínicas son fiebre y una adenopatía dolorosa, y en ocasiones edematosa, cuyo tamaño oscila entre 1 y 10 cm de longitud, con una localización habitual en la ingle, axila o cuello. Se produce estado de postración, con taquicardia e hipotensión. Con frecuencia, hígado y bazo suelen resultar dolorosos.
b) Peste septicémica: es la forma clínica más grave, con afectación del torrente sanguíneo. El período de incubación oscila entre dos días y una semana. La sintomatología también incluye fiebre, dolor, aunque con un estado general mucho más afectado. Es posible que no aparezca la adenopatía. Puede ser fatal con sepsis y shock endotóxico. Otras complicaciones son la coagulación vascular diseminada y la meningitis.
c) Peste neumónica: hay afectación pulmonar, y suele ser una complicación de la forma septicémica, aunque también puede contraerse por inhalación. La enfermedad presenta un cuadro de neumonía de evolución muy rápida que puede tener un desenlace letal en dos o tres días.
Diagnóstico:
La primera valoración de la enfermedad debe realizarse en función de la sintomatología y el contexto epidemiológico en el que se ubique al paciente (viaje a zonas endémicas, etc.) Los exámenes de laboratorio se circunscriben al aislamiento de la bacteria mediante, hemocultivo, aspirado de ganglio linfático y cultivo de esputo.
Evolución y tratamiento:
Los primeros síntomas suelen aparecer al quinto día de la picadura de la pulga. El tratamiento de elección es estreptomicina. Otros antibióticos alternativos son gentamicina o doxiciclina. Debido a la alta mortalidad de la peste, una vez diagnosticada la infección, la instauración del tratamiento debe ser inmediata.
Prevención y control:
La medida de prevención más eficiente es evitar la picadura de la pulga de la rata. Entre las medidas, se puede incluir el control de roedores y la fumigación con insecticidas de la zona, donde se sabe que la infección es prevalente y se producen brotes. Los pacientes deben estar ingresados en aislamiento respiratorio estricto. Es necesario administrar quimioprofilaxis con tetraciclina a todos los contactos de los afectados durante una semana.