De enero a septiembre de 2020, se han reportado más de 1.000 casos de hepatitis A en cada uno de los siguientes siete estados de EE.UU.: Florida, Georgia, Indiana, Kentucky, Ohio, Tennessee y Virginia Occidental.
El número total de casos notificados desde la llegada del COVID-19 a Estados Unidos ha alcanzado los 6.650 (hasta el 10 de octubre de 2020), una de las principales preocupaciones de los especialistas en salud pública.
Hasta hace 3 años la hepatitis A estaba bien controlada en el país. Además existe una vacuna segura y eficaz que permite prevenir fácilmente la enfermedad.
Entre enero de 2017 y enero de 2019, se notificaron al menos 26 brotes, con un total de 11,628 casos y 99 muertes en todo el país. Las personas sin hogar y los usuarios de drogas ilícitas representaron un gran porcentaje de estos pacientes.