A última hora del 24 de agosto, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos cambiaron los criterios técnicos en su sitio web sobre quién debe hacerse una prueba PCR frente al COVID-19. El nuevo texto dice lo siguiente:
«Si usted ha estado en contacto cercano (a menos de 2 metros) de una persona con una infección por COVID-19 durante al menos 15 minutos, pero no tiene síntomas, no necesariamente necesita hacerse una prueba a menos que sea una persona vulnerable o su proveedor de atención médica o las autoridades salud pública estatales o locales recomienden hacerse una«.
La nueva recomendación contrasta con la anterior, que pedía realizar pruebas a todos los contactos de casos cercanos.
La cadena CNN daba la noticia de que esta decisión de cambiar la redacción no fue tomada por los CDC, sino por altos funcionarios gubernamentales del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), incluso se dice que el cambio podría ser responsabilidad directa de la Casa Blanca.
Lenguaje equívoco
Estaría por tanto en discusión o debate realizar la prueba a los contactos de casos. ¿Qué debe hacer entonces un rastreador de contactos ante una persona que ha estado expuesta y no tiene síntomas?¿Pedirla o no? Tal vez este cambio debería ir acompañado de criterios epidemiológicos según el caso. Transmisión comunitaria por ejemplo.
No se nos ocurre ninguna razón mas que la económica o disponer de limitados reactivos o recursos humanos para no dar acceso a la prueba a personas que lo precisen según la definición de caso o contacto de riesgo. Hay quien insinúa que es una forma de querer maquillar los datos de contagios. Menos pruebas, menos casos. 😉
Cuarentenas Sí o Sí
Este cambio en la recomendación de pruebas no debería cambiar las recomendaciones de realizar autocuarentena.
Por supuesto que el rastreo de contactos es prioritario y una vez identificados, la cuarentena de 10-14 días tras una exposición compatible. Esta recomendación es válida, con o sin pruebas.
La PCR, de hecho, solo te da un resultado en un momento determinado. «Un resultado negativo el día 6 no significa que no serás positivo el día 8«
Algunas personas cometen el error de pensar que si obtienen una prueba negativa no tienen que hacer la cuarentena.
Escasez de reactivos
El aumento de la capacidad diagnóstica en algunos países está empezando a generar retrasos en la emisión de resultados, en ocasiones de más de una semana, sobre todo debido a la escasez de los reactivos necesarios para realizar la prueba.
En estos momentos, la demanda parece ya superar la capacidad de producir, lo que está generando una rotura de stock en el mercado.
El contexto en este momento es ligeramente distinto a la primera ola (En abril se produjo un «desabastecimiento mundial» del reactivo necesario para la extracción del RNA del virus), los problemas ahora, proceden precisamente del alto volumen de testar casos sospechosos y sus contactos cercanos asintomáticos (La mmayoría procedentes desde Atención Primaria), además de los ya conocidos «cribados» realizados a la población de barrios con alta incidencia de contagios, muchos de ellos hay que decir que bastante inútiles.
España, por ejemplo, ha incrementado su capacidad de diagnóstico: las 1,3 millones de pruebas realizadas hasta el 23 de abril se han multiplicado hasta los 5,8 millones a fecha 20 de agosto.
Todo esto sin hablar del coste económico asociado a cada prueba, de 40 a 120 € por determinación. Al final esa factura también habrá que pagarla.