La contaminación de las aguas superficiales debido a sustancias procedentes de las prácticas de la agricultura supone un desafío ambiental global en este momento, especialmente en áreas donde la agricultura se está expandiendo e intensificando rápidamente.
Los agroquímicos (plaguicidas, nitratos en las aguas subterráneas, oligoelementos metálicos) pueden afectar la transmisión de la esquistosomiasis a través de efectos directos e indirectos que tienen sobre el parásito, sus hospedadores intermedios (el caracol), sus depredadores o las algas.
Ahora un estudio realizado en Senegal revisa y resume los efectos de estos agroquímicos en la dinámica de transmisión de la esquistosomiasis. Encontrando que las concentraciones ambientales de agroquímicos alteran la transmisión de la esquistosomiasis a través de efectos directos e indirectos sobre las densidades intermedias de huéspedes y parásitos
El estudio estima que los efectos de los agroquímicos causaron hasta 142.73 DALYs (Años de vida ajustados por discapacidad) por cada 100.000 personas por año en algunos escenarios. Esta carga de enfermedad fue similar en magnitud a los riesgos planteados de llevar una dieta alta en sodio, baja actividad física o exposición al plomo en Senegal en el estudio Global Burden of Disease 2017.
A medida que las prácticas agrícolas industriales se expanden en áreas donde la esquistosomiasis es endémica, se deben desarrollar y aplicar estrategias para prevenir aumentos en la transmisión debido a la contaminación agroquímica.
La contaminación del agua por prácticas agrícolas insostenibles plantea una grave amenaza para la salud humana y los ecosistemas del planeta, un problema que a menudo subestiman tanto los responsables de las políticas como los agricultores