Hacer un crucero en estos momentos NO parece lo más adecuado. Tenemos algunos ejemplos de contagio a bordo como el sucedido al inicio de la pandemia en el ‘Diamond Princess‘ en el que murieron 13 personas y que atracó en el puerto de Yokohama, Japón, con un brote declarado a bordo de 712 casos.
En estos momentos es muy difícil predecir definitivamente cuándo se volverá a la normalidad en los viajes por mar. El rápido movimiento de los cruceros de un puerto a otro, con la probabilidad de amplias variaciones en los niveles de saneamiento y los riesgos de exposición a enfermedades infecciosas, con frecuencia causa la introducción de enfermedades transmisibles por parte de los pasajeros y los miembros de la tripulación que embarcan.
En el entorno relativamente cerrado y concurrido de un barco, la enfermedad puede transmitirse a otros pasajeros y miembros de la tripulación; las enfermedades también pueden diseminarse a las comunidades de origen de los pasajeros y miembros de la tripulación que desembarcan.
El Reglamento Sanitario Internacional revisado (2005) regula los requisitos sanitarios para las operaciones de los barcos. Hay normas a nivel mundial para la vigilancia de enfermedades y saneamiento en barcos y puertos, así como para la respuesta frente a enfermedades infecciosas.
La Oficina de Asuntos Exteriores y Commonwealth del Reino Unido (The Foreign and Commonwealth Office) ha DESACONSEJADO a los ciudadanos británicos realizar cruceros por la evolución de la pandemia de coronavirus en todo el mundo.
Recomiendan contactar con el operador del crucero o la compañía de viajes con la que reservó para anular el viaje o buscar otras posibilidades.
Estas recomendaciones deben por supuesto revisarse en función de la situación evolutiva de la pandemia y de los consejos médicos actualizados que se van dando en cada momento..
Son muchas las compañías de cruceros que han cancelado su navegación hasta nuevo aviso.
Las pérdidas económicas que suponen las suspensiones de viajes por la pandemia son multimillonarias. Muchas de las empresas de cruceros han optado por vender buques o reconvertir su actividad hacia otros sectores.