En Cataluña, Galicia y País Vasco, no es obligatorio vacunar a los perros contra la rabia. Existiendo una gran disparidad entre las normativas autonómicas existentes. Esto no quiere decir que las vacunas no se apliquen (la gran mayoría de veterinarios lo recomiendan) pero la falta de obligatoriedad abre una brecha preocupante.
En España, los dos últimos casos de rabia humana fueron en 2014 en una mujer y en diciembre de 2019 en un hombre, ambos mordidos por perros en Marruecos. También en 2013 se produjo un caso de rabia animal en Toledo en un perro traído de ese país. Por tanto, hay que considerar a Marruecos, un país donde la rabia no está erradicada, un origen de riesgo. Por tanto las autoridades españolas no deben relajar las medidas de prevención para evitar la expansión del virus y coordinarse para imponer unos requisitos mínimos.
En Murcia, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana y Andalucía es obligatorio vacunar a perros, gatos y hurones, mientras en Castilla y León, Aragón, Extremadura, Islas Baleares, Canarias, Cantabria, Navarra y La Rioja lo es solo para perros. En Asturias la normativa obliga a vacunar a las «especies potencialmente peligrosas», pero no precisa cuáles.
En Ceuta y Melilla la situación es mucho más delicada por la cercanía con Marruecos, con lo que las campañas de vacunación a los animales son mucho más estrictas y frecuentes.
Un estudio de la Universidad de Zaragoza y el Centro Nacional de Microbiología Español alerta de la escasa inmunización de los perros analizados en albergues y casas de acogida en Aragón. De los 122 perros analizados en las tres provincias el 91% no presentaban anticuerpos frente a la rabia en el momento de entrar en los centros de acogida. Los autores recomiendan ampliar los análisis a un ámbito territorial más amplio.