Desde el 12 de marzo de 2019 en Italia sólo podrán asistir a la escuela los niños que tengan el calendario básico de vacunas al día. El carecer del certificado de vacunación hará que los padres tengan que pagar una multa que va de los 112 a los 560 dólares.
Las vacunas obligatorias, que son gratuitas, incluyen a toda la población de 0 a 16 años y son las que protegen contra la poliomielitis, la difteria, el tétanos, la hepatitis B, tosferina, las infecciones por Haemophilus influenzae tipo b, el sarampión, la rubéola, la parotiditis y la varicela. Las seis primeras son obligatorias, mientras que para el sarampión, la rubéola, la parotiditis y la varicela de momento sólo serán obligatorias hasta 2020, sometiéndose a una evaluación de la meta de cobertura cada tres años, que es del 95%.
Las vacunas también son obligatorias para los alumnos de primaria y secundaria; sin embargo no es un requisito necesario para la admisión. Por lo tanto, de cero a seis años, los niños no vacunados no tendrán acceso a la escuela; pero de seis a 16 años pueden asistir, sin embargo los padres podrían recibir una multa en caso de incumplimiento de la ley.
Las autoridades de salud locales recomendarán otras vacunas, que también serán gratis, como las que protegen contra los meningococos C y B, el rotavirus y el neumococo. Estas vacunas se ofrecen según las indicaciones del calendario de vacunación según el año de nacimiento.
Mientras se pone en marcha esta medida, en el Parlamento italiano se discute una iniciativa de ley presentada por el Movimento 5 Stelle y la Lega Nord sobre el mecanismo de “obligación flexible”, es decir, que será obligatorio vacunarse sólo en caso de emergencia sanitaria. La ministra de Salud, Giulia Grillo, indicó al respecto que la nueva ley no será “un acto de urgencia, sino una legislación marco basada en los datos epidemiológicos del plan nacional de vacunación. El uso de la obligación es un hecho político, no científico”, dijo.