Pintor: Jan Verkolje. 1650-1693. Escuela holandesa.
Título: “Anthonie Van Leeuwenhoek ”. 1670. Rijksmuseum, Ámsterdam.
Características: Óleo sobre lienzo. Dimensiones: 56 x 47,5 cm.
Jan Verkolje (1650-1693), destacó en el mundo artístico holandés de la segunda mitad del siglo XVII como retratista y grabador, disciplina en la que alcanzó cierto renombre. De su Ámsterdam natal, se trasladó a la población de Delft donde contrajo matrimonio y entró en contacto con los personajes más notables e influyentes de la ciudad, siendo uno de ellos el comerciante Anthonie Van Leeuwenhoek.
Aunque el próspero negocio de telas proporcionó a Van Leeuwenhoek una estabilidad económica y una posición social envidiable, la verdadera fama fue debido a su capacidad para desarrollar y perfeccionar el microscopio. Gracias a la combinación de un sistema de lentes pudo conseguir la amplificación de la imagen de estructuras que no eran detectadas a simple vista, como fibras musculares, espermatozoides, células y capilares sanguíneos. Además, Van Leeuwenhoek fue el primero en observar bacterias procedentes de la boca y amebas en el agua. Debido a esto ha sido considerado como el padre de la Microbiología ya que sus descubrimientos suponen el inicio de esta disciplina.
Van Leeuwenhoek no escribió ningún libro con los resultados conseguidos, si no que remitió una serie de cartas a la Real Sociedad Inglesa en las que informaba de todos los estudios obtenidos en las observaciones al microscopio. Sin embargo, en un principio, la Sociedad acogió estos resultados con cierto escepticismo y envió a una serie de miembros a comprobar la veracidad de estas publicaciones.
No obstante, tras varios años de incertidumbre y después de haber resuelto las dudas existentes, sus trabajos fueron reconocidos y la figura de van Leeuwenhoek permaneció íntegra.
El cuadro nos muestra a Van Leeuwenhoek ataviado con una toga y cubierto por una peluca, tan de moda en aquella época, sentado junto a una mesa en la que se observan diversos objetos como un globo terráqueo, compases, un tintero y una pluma. El pintor nos muestra al retratado que mira al espectador con un aire frío y distante, después de haber realizado una pausa en su trabajo, transmitiendo de esta forma una sensación de ensimismamiento y hermetismo a la hora de realizar la labor investigadora.
Por el Dr. Alberto Ortiz