Pintor: Quentin Massys. 1465-1530. Escuela flamenca
Título: “ Altar con la Trinidad, la Virgen y el Niño, San Sebastián y San Roque ”. 1518. Alte Pinakothek, Munich
Características: Óleo sobre tabla. Tabla central 89.9 x 63.5 cm; tabla izquierda 90 x 29.3 cm; tabla derecha 89.9 x 28.7 cm.
Las características más destacables del arte flamenco renacentista son la linealidad del dibujo y el empleo de colores vivos, ambas heredadas de la minuciosidad miniaturista que tan importante papel jugó en Flandes durante esta época. Pintores tan significativos como los hermanos van Eyck, Robert Campin o Roger van Der Weyden a principios del siglo XV, fueron los que pusieron las bases de esta escuela, que posteriormente desarrollarán otros pintores en el siglo XVI. De todos estos, uno de los más destacados fue Quentin Massys. Natural de Amberes, Massys formaba parte de una familia de artistas, que le permitió desarrollar un estilo que se identifica con el hieratismo de las figuras y la expresividad de los gestos, rasgos que se pueden contemplar el tríptico conservado en Munich.
En la parte central del tríptico aparece la imagen de la Trinidad, en una disposición iconográfica denominada “in compassio patris” en la que la figura de Dios Padre acoge con un sobrecogedor estoicismo la cruz con el cuerpo de Jesucristo y, por encima, la figura de la paloma que representa al Espíritu Santo. A su lado se encuentra la Virgen María, ricamente ataviada con un manto rojo y con el Niño Jesús en sus brazos, dotando a la composición un gran sentido teológico.
Sin embargo, las tablas laterales contienen un marcado significado popular. Por un lado, en La tabla de la izquierda se representa la imagen de san Sebastián en el momento de ser ejecutado con flechas, su forma de martirio. Por el otro, en la tabla de la derecha, la figura de san Roque y sus atributos emblemáticos característicos que tan famoso lo hicieron: su hábito de peregrino, el bubón inguinal, manifestación clínica de la peste bubónica, que padeció y por la que fue desterrado al bosque, y el lebrel con el trozo de pan que le servía de alimento. A diferencia de otras representaciones de este santo, aparece un ángel que se encarga de curarle la enfermedad mediante la gracia divina.
Ambos santos fueron proclamados patrones protectores de las epidemias y gozaron de una gran popularidad desde el siglo XIV en adelante. A ellos se encomendaban los fieles en los momentos de mayor impacto y conmoción causados por la enfermedad. De este modo, no es de extrañar, que esta clase de representaciones de ambos santos tuvieran una gran difusión durante este período por toda Europa.
Por el Dr. Alberto Ortiz