Pintor: Mattia Preti. 1613-1699. Escuela Italiana.
Título: “Schizo per la peste”. 1656. Galería Nacional de Capodimonte, Nápoles
Dimensiones: 129 X 77 cm. Óleo sobre lienzo.
El influjo naturalista que dejó el paso de Caravaggio en Nápoles, marcó las características distintivas de esta escuela que se definen por el uso de colores rojizos y castaños, el fuerte contraste de la luz, la representación de naturalezas muertas y la predilección en las composiciones de modelos tomados de la más cruda realidad. El último gran pintor de este estilo fue el calabrés Mattia Preti, nacido en Calabria en 1613 y cuya azarosa vida le llevó en varias ocasiones a la ciudad Nápoles. Aquí desarrolló un estilo particular, fusión de evocaciones de la escuela veneciana y una técnica pictórica heredada de Ribera.
El cuadro realizado hacia 1656, coincidió con una importante epidemia de pesteque asoló la ciudad napolitana, diezmando su población y causando importantes estragos. En aquella época, en las zonas costeras de la península italiana, este tipo de epidemias era bastante frecuente. La constante llegada de barcos y viajeros de diferentes puntos del planeta, trajo consigo una diseminación de diversas enfermedades infecciosas, originando numerosos brotes epidémicos. Por este motivo, en Italia se realizaron numerosas pinturas que dejaron constancia documental de estos hechos. Además, hay que añadir la concepción en la cultura popular de la propagación de las epidemias como un signo pecaminoso, motivo por el que se asoció la representación de las enfermedades a una temática de carácter religioso.
Esta particularidad se puede comprobar en el cuadro realizado por Preti. Divido en dos partes, la inferior se corresponde con la terrenal en la que se amontonan los damnificados de la epidemia de peste. No obstante, no se observa ninguna manifestación clínica de la infección originada por Yersinia pestis como bubones inguinales o axilares, por lo que habría que considerar que el origen de la epidemia podría ser debido a otro agente infeccioso. La parte superior corresponde con la celestial, donde un grupo de santos interceden ante la Virgen con el objetivo de que cese la peste entre la población. En una escala inferior se sitúa un ángel con una espada en la mano derecha y un venablo en la izquierda, que podría corresponder con la personificación de la epidemia, según una imagen ya descrita por Jacobo de la Vorágine en la “Leyenda Dorada”. El culto a los santos estaba basado en la función que desempeñaban en la fe popular. A ellos se dirigían las gentes movidos por una necesidad que tenían de paliar todo tipo de males. Sin embargo, en muchas ocasiones esta devoción no persigue una adhesión más profunda y sincera a Dios, si no la de conseguir toda suerte de ayudas en la curación de la enfermedad.
Por el Dr. Alberto Ortiz