Los índices de violencia en Brasil no han parado de subir en los últimos tres años. El país sufrió 63.880 homicidios en 2017, 175 personas asesinadas al día, unos 7 por hora, y 60.018 violaciones. Supone un 9% más que el año 2016. Los homicidios de civiles a manos de la policía han aumentado un 21,4%: 5.144 en todo el año, 14 personas asesinadas por agentes al día.
Las muertes (4.539 fueron de mujeres y 1.133 formaron parte de casos de violencia doméstica) suponen un aumento del 2,9% en comparación con 2016
Se trata de un aumento desigual, pues las cifras se concentran en tan solo 12 Estados de los empobrecidos norte y nordeste del país. São Paulo -el Estado más rico- registra 10,7 homicidios por cada 100.000 habitantes, y Rio Grande do Norte -uno de los más pobres- registra 68. Acre el segundo más violento (63,9), Estado de Ceará (59,1). La media brasileña se sitúa en 30,8 (Hasta ahora siempre había estado por debajo de 30)
Generalmente las muertes se producen en batallas entre bandas criminales enfrentadas. Rio Branco, es la ciudad con mayores cifras (83,7) seguida de Fortaleza (77,3).
