Brochas «Vintage» contaminadas por ántrax

En 1915, durante la Primera Guerra Mundial, un número inusualmente elevado de soldados recién reclutados del ejército británico y americano desarrollaron lesiones típicas del ántrax en la cabeza y el cuello. Al principio, el brote, se atribuyó a «tácticas diabólicas del enemigo«, sin embargo la guerra biológica no fue la culpable de dichas lesiones. Y sí lo fueron las brochas de afeitar que se les proporcionó a los soldados al alistarse, (tener la cara bien afeitada hacía que el ajuste de la máscara antigas fuese más eficaz)

Antes de la guerra, las brochas de afeitar se fabricaban generalmente con pelo de tejón, que eran las preferidas para hacer espuma. Sin embargo, al iniciarse la guerra, se interrumpió el suministro de cerdas de tejón procedentes de Rusia; iniciando el uso de crin de caballo procedente de Rusia, China y Japón, descuidando un paso fundamental: la desinfección. En lugar de enviar el pelo a Francia o Alemania para ser correctamente desinfectadas, se enviaron directamente a los fabricantes de cepillos en los Estados Unidos.

Entre 1915 y 1924, 149 soldados estadounidenses, 28 soldados británicos y 67 civiles en ambos países contrajeron la enfermedad. El número probablemente hubiese sido mucho mayor si la ciudad de Nueva York no hubiese obligado a los fabricantes a esterilizar las brochas a partir de 1920.

Por tanto si decides utilizar una brocha de afeitar «Vintage» deberías averiguar el origen de la misma y asegurar una correcta desinfección. Todas las brochas que se hicieron después de 1930 son seguras, así como los cepillos que se fabrican en la actualidad, que son adecuadamente desinfectados.