Yamaguchi es una capital de provincia situada al oeste de Japón, entre verdes montañas y orgullosa de sus aguas termales que tiene mucho que ver con San Francisco Javier, el Apóstol de las Indias o Savieru, como pronuncian en el país su nombre, donde es considerado un héroe local y una referencia de su cultura.
Fue un santo navarro que llegó a Japón el 15 de agosto de 1549 después de haber fundado varias misiones en India y las islas Molucas. Entró por Kagoshima, pero sus primeros intentos de cristianizar a los nipones no tuvieron mucho éxito. Pensó entonces entrevistarse con el emperador, con la idea de que si lo convertía al catolicismo el pueblo le seguiría. Se puso en marcha hacia Kioto, entonces capital imperial, pero las guerras internas y la inseguridad de los caminos impidieron su empresa. Finalmente, encontró cobijo en Yamaguchi, donde el señor feudal del clan de los Ouchi, filántropo y mecenas lo acogió y le permitió ejercer su ministerio.
Además la prefectura tiene muchas cosas que ver: la pagoda Ruriko-ji, el puente y el castillo de Iwakuni, el barrio de los samuráis de Hagi, el templo zen de Kôzanji o el jardín japonés de Chôfu, en Simonisheki.