Se trata de un síndrome que provoca la formación de trombos en las extremidades inferiores durante la realización de un viaje debido a la poca movilidad de las piernas en espacios reducidos durante desplazamientos largos. Los colectivos más propensos a sufrirlo son las mujeres embarazadas, aquellas que tomen anticonceptivos orales, las personas obesas, los ancianos, los fumadores y las personas con hipertensión o que hayan padecido anteriormente una trombosis.
Aunque este síndrome es muy poco habitual en personas que no tienen factores de riesgo, no llegando al uno por ciento de prevalencia, en quienes sí los presentan, el riesgo de sufrir esta patología aumenta hasta un cuatro o cinco por ciento. De hecho, en estos casos, es recomendable consultar con un médico la posibilidad de tomar algún tipo de anticoagulante durante el viaje.
Los viajeros pueden evitarlo:
- Vestirse con ropa cómoda y holgada, evitando la vestimenta ajustada
- Aflojarse el cinturón del pantalón y los cordones que puedan apretar
- Llevar calzado cómodo
- Emplear medias de compresión elásticas, si es necesario
- Levantarse con frecuencia durante el viaje a dar un pequeño paseo. Si el viaje es en coche o autobús, se recomienda aprovechar las paradas para estos paseos, siendo lo ideal realizar una parada cada 2 horas
- Realizar ejercicios de flexo-extensión de pies y movimientos circulares con el tobillo mientras se esté sentado, y movimientos de masaje en dirección ascendente en las piernas.
- No cruzar las piernas, dejarlas colgando o tenerlas excesivamente dobladas
- Evitar colocar el equipaje de mano bajo el asiento delantero, ya que se reduce aún más el espacio para las piernas
- No consumir alcohol, té, café y otros excitantes que puedan tener efecto diurético y/o vasodilatador antes o durante el viaje. Además, se debe beber abundante agua para mantenerse hidratado.
Bibliografía y documentación