La insulina en los viajes

Si tienes diabetes, debes conocer algunas pautas básicas para viajar con la insulina en las mejores condiciones. ¿Sabes cómo debes conservar la insulina para que esta mantenga inalteradas sus propiedades? Te lo contamos aquí.

  • La temperatura es el factor fundamental a tener en cuenta. La insulina es un fármaco que se altera fácilmente con el calor pudiendo ver disminuida su eficacia. Por esta razón, debe siempre guardarse en lugares fríos. Eso sí, nunca por debajo de 2ºC, ya que de esta forma también podría perder su efecto. El lugar idóneo para guardarla es dentro del frigorífico, y más concretamente en los estantes intermedios. La temperatura ideal de conservación es ente 2-8ºC, sobre todo si el envase está sin abrir. Si ya está abierto, la mejor opción es conservarla a temperatura ambiente, ya que sus conservantes la mantendrán en buen estado durante aproximadamente 30 días. Algo que debes tener en cuenta si la almacenas en la nevera es que no debes dejarla en la puerta, ya que al abrirla y cerrarla se puede romper la cadena del frío. En cuanto a los antidiabéticos orales, lo ideal es que los conserves a temperatura ambiente.
  • No exponerla al sol. Da igual si la dejas en el coche, en tu casa o en la oficina: el sol la dañará siempre que le dé de forma directa. Y por supuesto, tampoco debes colocarla en un sitio que se encuentre cerca de un radiador o de un aparato de aire acondicionado. Es acosejable si se guarda a temperatura ambiente, que esta no baje nunca de los 15ºC ni supere los 29ºC.
  • Cuando viajes, transporta tu insulina en accesorios ideados para este fin. En el mercado hay varios: puedes optar por una pequeña neverita que te permita mantener la insulina entre los 4 y 8 grados recomendados o puedes optar por la famosa “Cartera Frío”, de venta en las diferentes Asociaciones de Diabéticos. Utiliza una bolsa de viaje separada para transportar el suministro de insulina y bolígrafos. Es muy importante que nunca guardes tu kit en la maleta que vas a facturar, ya que en caso de extravío, te verías en un serio problema.
  • El aspecto te indicará si lo estás haciéndolo bien. Si la insulina ha dejado de ser transparente, si ha cambiado de color o tiene grumos en lugar de ser turbia, lo más probable es que haya estado expuesta a una temperatura inadecuada y es posible que se haya estropeado. No se te ocurra utilizarla si este es el caso, usa un envase nuevo.
  • Comprueba la fecha de caducidad antes de usarla. Si guardas tu insulina en la nevera, esta se mantendrá en buen estado durante todo el periodo indicado en la fecha de caducidad del envase. No obstante, nosotros te recomendamos que programes alguna alarma que te avise cuando la insulina haya caducado. De cualquier forma, como regla general, acostúmbrate a comprobar la fecha de caducidad de cada vial, boli o pluma antes de utilizarlo.