Homenaje fúnebre a Tiziano, muerto en Venecia durante la peste de 1576 de Alexandre Jean-Baptiste Hesse

PintorAlexandre Jean-Baptiste Hesse. 1806-1879. Escuela francesa.
Título: “ Homenaje fúnebre a Tiziano, muerto en Venecia durante la peste de 1576”. 1832. Museo del Louvre, París.
Características: Óleo sobre lienzo. Dimensiones: 163 x 233 cm.

Como otros artistas, Alessandre Hesse nació en el seno de una familia de pintores, por lo que desde un principio estuvo destinado a continuar el oficio familiar. Hesse ingresó muy joven en la Escuela de Bellas Artes de París, su ciudad natal, donde se colocó bajo el tutelaje de Antoine Gros. No es de extrañar, por tanto, conociendo la gran simpatía que tenía su maestro por los temas históricos, la carrera de Hesse discurriera por este género en un primer momento. Los asuntos históricos le granjearon cierta notoriedad y consiguió la clientela se fijara en él para la realización de este tipo de composiciones.

De este modo, una de sus primeras obras, compuesta para una exposición, muestra el impacto de la epidemia de 1576 en Venecia, epidemia que se extendió posteriormente por el norte de Italia, causando una gran mortandad. Como, cualquier obra de aquel momento, el cuadro iría destinado a decorar los edificios públicos que iban construyéndose al amparo del nuevo desarrollo urbanístico, y de la creación de las instituciones públicas de carácter político, científico o cultural.

La pintura se centra en el hecho histórico de la muerte del famoso pintor veneciano, víctima de la epidemia, cuando contaba con una edad superior a los ochenta años. En un comienzo, la enfermedad hizo su aparición en Venecia, una da las ciudades de mayor tránsito comercial del momento, y punto de encuentro de innumerables embarcaciones procedentes de los puntos más distantes del planeta. La infección, provocada por la bacteria Yersinia pestis, estaba íntimamente ligada a la rata negra, cuya pulga la diseminaba a través de su picadura.

Los barcos eran el medio por el que las ratas se desplazaban desde unos lugares a otros y con estos animales, la enfermedad. No es de extrañar, por tanto, que Venecia estuviese involucrada en el origen de distintos focos epidémicos, algunos de los cuales se extendieron posteriormente por otras regiones colindantes. Éste es el caso de Lombardía, cuya capital, Milán, fue sacudida por la epidemia este mismo año, distinguiéndose su obispo, Carlos Borromeo, como una de las personalidades que más destacó en auxiliar a los afectados y enfermos de la enfermedad, hasta el punto de ser considerado un ejemplo de abnegación y objeto de culto, posteriormente.

Al igual que sucediese con otras composiciones de la época, el asunto sería tratado de una forma efectista e inexacta, nada que ver con la realidad del acontecimiento. Sorprende ver los numerosos enfermos, moribundos y víctimas de la epidemia, tiradas en mitad de la calle, ante la indiferencia y pasividad de los miembros de cortejo fúnebre. Colorista y distante, la imagen transmite una sensación fría y poco emotiva sobre un acontecimiento que acabó con la vida de millares de personas, y que quedó marcada en la memoria colectiva en la población que sufrió los estragos.

Por el Dr. Alberto Ortiz