Pintor: Andrew Wyeth. 1917-2009.
Título: “ El mundo de Cristina ”. 1948. Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Características: Dimensiones: 81,9 X 121,3 cm. Témpera sobre yeso y tabla.
Si por alguna razón se caracterizó el pintor americano Andrew Wyeth fue por el tratamiento de la vida cotidiana y de los temas propios americanos. Muy poco dado a las influencias y corrientes más vanguardistas europeas de comienzos del siglo XX, Wyeth mostró una especial predilección por aquellos asuntos relacionados con el medio rural y comunitario, constituyéndose en la base de sus más destacadas composiciones pictóricas.
El más claro y famoso prototipo de esta clase de lienzos fue el realizado a una mujer, Cristina Olsen, recostada sobre la hierba, en un inmenso prado con una casa al fondo. En el momento del retrato, Cristina Olsen frisaba los sesenta años y sin embargo la persona retratada aparenta ser una persona mucho más joven. Esto es debido a que Wyeth tomó como modelo para el torso a su mujer, Betsy James, quien se convertiría con el tiempo en su representante y su mejor valedora en el mercado del arte, dando un notable impulso a su carrera profesional. Cristina era una mujer con serias dificultades para andar debido a las secuelas permanentes que se le produjeron después de haber padecido una poliomielitis. A pesar de su incapacidad, siempre procuró desplazarse por sus propios medios ya que odiaba permanecer en una silla de ruedas. No le gustaba depender de aparatos para sus realizar sus movimientos, por lo que prefería arrastrarse y trasladarse con un esfuerzo que implicaba cierto sufrimiento, ya que de esta forma se consideraba más “libre”.
Llegados a este punto, sería bueno recordar que la poliomielitis es una enfermedad causante de invalidez que afecta principalmente a las extremidades inferiores. Está producida por un poliovirus, se adquiere por consumo de agua contaminada con el virus, y aunque en la mayoría de los casos cursa de manera asintomática, en un pequeño porcentaje pueden existir diversas complicaciones que radican fundamentalmente en la destrucción de las motoneuronas de la sustancia gris de la médula espinal, originando una parálisis de los músculos que inervan. En la mayoría de los casos, suelen ser los músculos de las piernas los más afectados, produciéndose una flacidez de los mismos, con la consiguiente falta de respuesta motora ante un estímulo. Como consecuencia, se origina una deformación de uno o de los dos miembros inferiores que se traduce posteriormente en dificultad para caminar y mantener la postura erguida.
De esta forma, lo que a nosotros nos parece normal, a una persona con esta enfermedad le puede ocasionar un gran esfuerzo. Es lo que parece desprenderse de la pintura al contemplar la conmovedora pose de la protagonista de la escena sentada en el prado. El terreno se hace inmenso y la distancia para alcanzar la casa parece enorme. Es un ejercicio pictórico donde el dolor y la angustia de la persona enferma son tratados con una exquisita sensibilidad, evitando en todo momento una recreación de la desgracia. La dolencia no se presenta como un obstáculo infranqueable, sino que se transforma en una prueba a superar para vencer la adversidad.
Por el Dr. Alberto Ortiz