Salud del viajero pediátrico

La consulta pre-viaje puede ser un momento ideal para revisar las vacunas del calendario infantil, asegurándose que el niño está al día. Idealmente debería realizarse unas 4-6 semanas antes del viaje, permitiendo de esta manera realizar de forma correcta determinadas estrategias como la vacunación si se precisa. En ella, se debe evaluar de forma personalizada las actividades previstas durante el viaje, ya que el riesgo asociado dependerá entre otros factores del tipo de viaje, duración y el destino.

Los niños con alguna enfermedad importante de base o que tomen medicación de forma crónica precisarán una preparación específica.

Aquellos viajeros que se desplazan a sus países de origen (con frecuencia menos desarrollados que su país de residencia) con el propósito de visitar a familiares y amigos (los conocidos como viajeros VFR, Visiting Friends and Relatives), tienen un mayor riesgo de adquirir ciertas infecciones como la malaria, las parasitosis intestinales y la tuberculosis, entre otras. Esto es aplicable también a los niños VFR, que incluso pueden tener un mayor riesgo para enfermar que sus padres, al tener un sistema inmune menos desarrollado y al carecer de cierto grado de inmunidad contra las enfermedades allí endémicas (a diferencia de sus progenitores).

El grupo de niños VFR, requiere una preparación especial antes del viaje.

Después del viaje la fiebre, la diarrea y las lesiones cutáneas son algunos de los motivos de consulta más frecuentes. Al regreso es necesario realizar una evaluación cuidadosa del niño, factores de riesgo o de exposición, periodos de incubación, vacunaciones previas y otros antecedentes para poder realizar un correcto diagnóstico.

Ante un niño enfermo al regreso del trópico se recomienda consultar con un especialista en enfermedades infecciosas/ medicina tropical.